jueves, 7 de febrero de 2013

Hacer que los niños aprendan mientras se disfrazan

Visto en www.daletiempoaljuego.com

Los niños pueden convertirse en el personaje que tanto admiran, crear sus propias historias e imitar comportamientos. El juego con disfraces es de gran importancia para el desarrollo emocional y social de los más pequeños, por ello desde la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes recomiendan este tipo de juego a lo largo de todo el año, especialmente a partir de los 3 años, en que el niño desarrolla su sociabilidad y revela sus sentimientos durante el juego, y desde los 6 años, en que crean mundos imaginarios en los que el disfraz es un gran aliado.


Disfrazarse no es sólo una forma de jugar, es una forma de aprender. Como apunta el doctor en Pedagogía y miembro del Observatorio del Juego Infantil, Andrés Payá, “El empleo de los disfraces y otros objetos lúdicos de carnaval, favorecen el juego simbólico, no sólo infantil, sino también juvenil y adulto. Gracias a ellos, podemos jugar a la interpretación de roles, convirtiéndonos en los superhéroes, villanos o cualquier otro alter ego que desearíamos ser”.

Además, el juego con disfraces fomenta muchas de las capacidades de los más pequeños. La imaginación y la fantasía cuando crean sus propias historias para imitar al personaje del que se han disfrazado, la empatía al ponerse en el lugar del otro, la memoria ya que deben conocer bien al personaje para imitarlo, y sobre todo “El juego con disfraces favorece el desarrollo de habilidades sociales y la relación con los otros, pues estimula el juego en común y ayuda a favorecer un diálogo e interacción social. Asimismo, el empleo de disfraces y las actividades lúdicas a las que éstos dan pie, estimulan el juego sociodramático, la teatralidad y, lo que es todavía más importante, la alegría y la diversión”, como apunta Payá.

Se trata de un tipo de juego que tiene sus orígenes en la antigüedad, ya que como destaca Andrés Payá, en culturas muy diversas se han encontrado vestigios que indican el empleo de disfraces, máscaras y otro tipo de atuendos, no sólo con fines rituales o mágicos, sino también festivos y lúdicos.

Como otro tipo de juguetes (los disfraces dirigidos a niños de entre 1 y 14 años se consideran juguetes) es importante tener en cuenta los consejos de seguridad para permitir que el juego se desarrolle sin ningún riesgo para los niños.

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