Para mejorar la seguridad infantil, el
Real Automóvil Club de España (RACE) y el fabricante de sillas
infantiles CYBEX, con la colaboración de la DGT, han estudiado la
eficacia de llevar a los niños en sentido inverso a la marcha. Para
ello, y de acuerdo con los hábitos de más de 1.000 usuarios, se ha
realizado una prueba de impacto que demuestra cómo una silla en sentido
inverso a la marcha reduce los riesgos de lesiones en un 75 % respecto a
otra colocada en el mismo sentido.
Según se desprende del
estudio, el 95 % de los encuestados reconoce llevar a los niños en su
silla y más de la mitad dispone de un sistema IsoFIX. Respecto a la
seguridad al volante, el 19 % de los conductores reconoció haber sufrido
alguna situación de riesgo al volante con niños en el interior; el 3 %
declaró no llevar un sistema de retención infantil en ese momento, lo
que pone en peligro la vida del menor.
Sobre el riesgo de sufrir
lesiones, el 50 % de los conductores considera erróneamente que es más
seguro llevar un niño en una silla en sentido de la marcha; un 25 % de
los usuarios no lo sabía, y tan solo un 21 % afirmaba con acierto que lo
más seguro es llevar al pequeño en sentido inverso a la marcha.
Para
la prueba se realizaron dos choques a una velocidad de 64 km/h con dos
sillas del grupo I (de 9 hasta 18 kilos) homologadas; se utilizó un dummy de un niño de 18 meses situado en la plaza trasera, detrás del
puesto del copiloto. En el impacto, con un sistema de retención infantil
en sentido de la marcha, la cabeza del niño se desplaza hacia delante
tirando del cuello, lo que le produce una gran tensión al intentar
mantener la cabeza en la misma posición.
Este hecho puede estirar
la médula espinal y el cráneo puede quedar desvinculado, lo que en
ocasiones puede originar la parálisis o la muerte. Las vértebras
cervicales de los niños pequeños son inmaduras y pueden no ser
suficientemente fuertes para proteger la médula espinal cuando la cabeza
literalmente tira hacia delante del resto del cuerpo, que se encuentra
sujeto por el arnés de la propia silla. Así, la cabeza del niño, avanza
violentamente en el momento del impacto hacia delante, lo que se traduce
en mayor riesgo de muerte o de parálisis.
En sentido contrario de
la marcha, el cuerpo queda mejor protegido. Las cargas puestas en juego
se distribuyen de manera más homogénea en la espalda, cabeza y cuello
de forma que el estiramiento del cuello es mucho menor. La posición del
niño durante el impacto es más natural porque no se produce ese avance
característico de la cabeza que sí se aprecia en los sistemas de
retención en sentido de la marcha con arneses.
Para informar a
padres y tutores sobre la seguridad de los menores, el Race y Cybex han
puesto en marcha la segunda campaña, con un mensaje claro: hay que
llevar al niño en sentido inverso a la conducción al menos hasta los dos
años de edad. A la hora de viajar con nuestro hijo, debemos incorporar
una silla de calidad, bien instalada y con el niño correctamente sujeto.
Hay que seguir la recomendación del fabricante y retrasar el cambio a
una silla del grupo superior todo lo que se pueda.
En el caso de
necesitar llevar al pequeño en la plaza delantera del vehículo, en un
sistema de retención en sentido inverso a la marcha, se debe desconectar
siempre el airbag frontal de pasajero para evitar daños en el pequeño.
Fuente: www.qué.es
Fuente: www.qué.es
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