El
cerebro de los niños que aprenden un
segundo idioma, como el
inglés,
desde pequeños tiene unas capacidades cognitivas destacadas, ya que se
desarrolla para asumir la habilidad de poder acceder a los idiomas de
una forma rápida y sin esfuerzo y permite que el niño analice e
interprete el entorno de una forma más efectiva.
Las neuronas se organizan y comienzan a establecer conexiones entre
ellas durante los primeros años de vida y a una velocidad muy rápida. El
cerebro adquiere su máxima plasticidad desde el nacimiento hasta los
tres años. De hecho, en esta etapa las regiones cerebrales son capaces
de adaptarse e incluso ejercer las funciones de otras regiones si estas
han resultado dañadas por algún motivo.
Por eso
aprender idiomas desde una temprana edad ayuda en el desarrollo cerebral del niño e incrementa la capacidad de concentración, la memoria y la creatividad. Además, fomenta la inclusión social,
ya que los idiomas constituyen una herramienta indispensable para el
intercambio cultural y las relaciones sociales. Hablar más de una lengua
te permite poder comunicarte con gente de otras partes del mundo y
conocer otras culturas.
El cerebro de los niños que desarrollan el aprendizaje de más de una lengua tiene la capacidad de poder conectar y desconectar un idioma de otro, y esto implica que crea un sistema preparado para cambios y errores, almacenando cierta información de una forma destacada.
¿Por qué si el idioma en el cual somos más competentes lo aprendemos
desde el día en que nacemos, el segundo idioma lo deberíamos empezar más
tarde y utilizando un libro?
La inmersión lingüística total, el aprendizaje global del idioma y clases dinámicas, activas y alegres adecuadas a cada edad son aspectos importantes al elegir las
clases de inglés
o de cualquier otro idioma para que nuestros hijos aprovechen la enorme
capacidad de aprender que poseen en los primeros años de vida.
La mejor manera de aprender otro idioma es a través de experiencias personales y estímulos atractivos que creen en los niños la necesidad de comunicarse en inglés desde el primer día.
Cuando las clases de inglés son así, los niños tienen una actitud
positiva ante el aprendizaje, adquieren una mejor pronunciación y
entonación del inglés y aprenden de forma natural la gramática.
Por: Natàlia Perarnau Comajuncosa. Equipo
"Kids&Us", schools of English.
fuente: www.serpadres.es
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